La Medicina Ortomolecular.

La Medicina Ortomolecular se basa en el convencimiento de que si al organismo se le proporcionan los micronutrientes necesarios para su correcto funcionamiento, muchas de las llamadas enfermedades no se manifestarían, y las que ya lo han hecho, podrían remitir parcial o totalmente . Por tanto, es preciso asegurarse de que contamos con ellos en la proporción y cantidad adecuadas. Los micronutrientes son las sustancias que los seres vivos necesitan en pequeñas dosis para desarrollar los procesos metabólicos y bioquímicos. Algunos de los mas importantes para los humanos son el yodo, el hierro y la vitamina A.
El primer tratamiento es siempre una óptima nutrición, vegetariana en la medida de lo posible, libre de productos refinados como el azúcar y harina, abundante en frutas y verduras etc. El doctor Weston A. Price descubrió ya en 1939 la causa sencilla de las enfermedades modernas (Cáncer, Alzheimer, esclerosis múltiple, fibromialgia, infertilidad, asma, artritis, diabetes, infartos, derrames cerebrales, autismo, bebés prematuros, niños con déficit de atención, depresión, ansiedad ...). En los años 1920 y 30, el doctor Price, un dentista, decide viajar por todo el mundo para documentar la salud dental de los pueblos de aborígenes y correlacionarla con los alimentos consumidos. El doctor Price concluyó que la dieta moderna del hombre "civilizado" es tan marcadamente deficiente en las sustancias más básicas y esenciales de la fisiología humana, y tan cargada de las substancias tóxicas presentes en los alimentos procesados, que al cuerpo se le hace imposible sostener un funcionamiento celular normal. Todas las enfermedades crónicas y degenerativas modernas son producto de una falta de ingesta de nutrientes básicos y del consumo exagerado de sustancias ajenas a la naturaleza del cuerpo humano. O sea, nos estamos enfermando porque estamos comiendo "mierda".
Los descubrimientos y todo el análisis del doctor Price fueron plasmados en su obra maestra Nutrición and Physical Degeneration, un texto que uno esperaría que fuese lectura obligada en todos los currículos de medicina,  pero no sólo no tienen idea de quién es el doctor Weston A. Price, sino que no son ni siquiera adecuadamente instruidos en nutrición básica. Los médicos son analfabetos nutricionales.
Nuestro estado de salud representa, ante todo, nuestra dieta desde que éramos fetos. Somos producto de lo que ingerimos y que además trasmitimos genéticamente. Una verdad tan sencilla de entender, pero a su vez una tesis que ha sido ridiculizada y olvidada. Es hora de redescubrirla, porque cada día que pasa nos estamos muriendo por la boca.
La medicina Ortomolecular viene a restablecer los desequilibrios nutricionales tratando o previniendo la enfermedad con sustancias naturales al cuerpo, vitaminas, minerales, aminoácidos y otros modificadores de la respuesta biológica. Estas sustancias se usan frecuentemente en dosis grandes (mega dosis), pero como no son drogas, la toxicidad se evita, y el cuerpo puede responder de una manera más positiva. El ejemplo clásico es el tratamiento de la diabetes con la insulina.
La práctica de la oncología ortomolecular fue comenzada hace más de 25 años por el psiquiatra canadiense Abram Hoffer. Inspirado en su trabajo con la nutrición en esquizofrenia, y deseando hacer algo más que apenas dar consejos espirituales a sus pacientes terminales del cáncer, comenzó a prescribir dosis grandes de vitaminas y de minerales para ellos. Para su sorpresa, estos pacientes terminales del cáncer vivieron cuatro veces más de lo esperado, y un porcentaje fue curado. En un estudio escocés - the Vale of Leven Study, - se obtuvieron resultados similares con apenas 10 gramos de vitamina C oral diaria, después de abandonar cualquier tratamiento convencional. En este estudio un 10% de pacientes terminales fueron curados realmente.
El tratamiento inicial del Dr. Hoffer para el cáncer, ha ido evolucionando con el paso del tiempo dando lugar al protocolo actual que se ofrece en esta Web.
La terapia alimenticia contra el cáncer es una corriente médica en los E.E.U.U. y Canadá, apoyados por muchos científicos y distinguidos doctores desde la escuela de medicina de Harvard al instituto nacional del cáncer y a los institutos nacionales de la salud, tales como el Dr. Charles Simone, oncologista del presidente Reagan, o el Dr. Abram Hoffer, principal colaborador de Linus Pauling.
Todavía, en el Reino Unido y en Europa los oncologistas son en gran parte ignorantes e inactivos en este campo. Algunos de ellos trasforman su ignorancia científica en hostilidad.
La terapia alimenticia contra el cáncer puede: reducir los efectos secundarios tóxicos de la quimioterapia y de la radiación, aumentar su selectividad, reducir y prevenir los tumores secundarios, actuar como estimulante inmune, mejorar el apetito del paciente, y por lo tanto le protege contra los problemas asociados a la desnutrición, y por tanto mejorar la calidad de vida del paciente lo cual es muy importante. El centro de cáncer de Bristol, Reino Unido, tiene una base de datos con unos 3.000 documentos académicos que así lo acreditan.

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