Paracelso Alquimista
Paracelso rechaza a la escolástica medieval como herencia cultural y cree en que las bases del conocimiento del mundo se encuentran en la naturaleza. La fe Cristiana, los sentidos y un exacto sistema de correspondencias entre el macrocosmos y el microcosmos eran la base de la sanación.
En esa fuente de pensamiento radicaba la alquimia, hermetismo e ideas neoplatónicas y su gran mentor fue el ya mencionado Abate Tritemio además de su padre de quien heredó el amor y respeto por la naturaleza.
La base ideal de la medicina debía de ser la filosofía natural, la astronomía, la ciencia para la preparación de remedios y las virtudes individuales tanto del paciente como del sanador así como las de las hierbas o metales.
Paracelso fue siempre un hombre muy respetuoso de los valores cristianos, rechazó profundamente a la nigromancia y a toda ganancia personal que se derive de la magia. Esta última la definía como El empleo consciente de las fuerzas espirituales para la obtención de fenómenos visibles o tangibles, reales o ilusorios.
Es la fuerza más poderosa del espíritu humano empleada en el bien y debía ser usada como un recorrido aspiracional del ser hacia la divinidad.
Ante esto la Alquimia era un medio certero para la unión de ambos. En aquella cúspide la sanación venía adjunta. Sería algo así como Alma sana, cuerpo sano.
En la obra Botánica Oculta de R. Putz se señala:
La Alquimia no tiene por objeto exclusivamente la obtención de la piedra filosofal; la finalidad de la ciencia hermética consiste en producir esencias soberanas y ampliarlas debidamente en la curación de las enfermedades.
Para Paracelso todo ser encontrado en la Tierra poseía una chispa de vida, cada elemento poseía cierto grado de energía que, canalizada, podía servir para curar enfermedades ajenas. Dentro de este grupo los metales eran fundamentales, siendo la primera y más básica forma orgánica. A todos los elementos que estudió los dividió en Fuego, Aire, Tierra y Agua. Como alquimista tenía un laboratorio de lujo y con su trabajo intentaba sacar el Arcana; la quintaesencia de los minerales y vegetales.
Cada cuerpo posee tres substancias; Azufre (Fuego), Mercurio (Fluidez) y Sal (Solidez)
Esta trinidad sumada a la trinidad Alma, Cuerpo y Espíritu sostienen las asociaciones y nivelaciones entre ambas tríadas para lograr la armonía.
Así, el Archeus, que es la potencia creadora de la naturaleza, proporciona a la materia las formas. Cada forma contiene su alcohol, su alma animal y su Ares, que es el carácter específico. El hombre además posee el Aluech; la parte espiritual.
Toda enfermedad que suceda en este mundo va a tener una cura dentro de este mismo mundo, por lo que al momento que alguien se enfermaba sucedía que lo esencial de la enfermedad reclamaba lo esencial que la naturaleza indicaba como remedio.
Según Paracelso:
La fuerza del Archeus es en cada uno de los miembros del cuerpo humano, la fuerza creadora y vivificante del Macrocosmos y del Microcosmos.
Ningún médico puede decir que una enfermedad es incurable, al decirlo, reniega de Dios, reniega de la Naturaleza, desprecia al gran Arcano de la creación.
No existe ninguna enfermedad por terrible que sea, para lo cual no haya Dios previsto la cura correspondiente.
Es interesante como Paracelso pone sobre la palestra todos los temas esotéricos más radicales; creía, al igual que muchos maestros de la época, en que el hombre poseía un cuerpo Astral, al cual llamaba Eventrum, y la plantas también poseía uno, llamado Leffas.
Creía también en la levitación, a la que llamaba mangonaria y la clarividencia, llamada nectromantia. La Magia era la Naturaleza exaltada y dentro de aquellas potencialidades todo podía tener cabida. Lo que lo diferenciaba de un charlatán (pese a que fue llamado de tal manera por muchos coetáneos) era que tales posibilidades eran parte de un Universo científico, de sumo cuidado y cristiano. La palabra cristiano realmente le servía como salvavidas ante la época en donde la inquisición ya era parte del panorama europeo.
Como medida de protección y al igual que John Dee, elaboró un talismán contra enfermedades en que combinaba metales y ciertas influencias planetarias. Magneticum Magicum; portaba siete metales (oro, plata, cobre, hierro, estaño, plomo, y mercurio) Además contenía signos de la Cábala y Alquimia.
El Universo según Paracelso
Su base sobre la teoría del origen del Universo era más bien gnóstica y hermética, en donde un caos primordial, un Universo de matrices previas a las formas de cada cosa y un fuego generador se encontraron. El primero es el fluido femenino, el Mercurio y el segundo es el elemento masculino, el Azufre.
En el Cielo, ambos son el buen principio y forman la vida; en la Tierra son el mal principio y forman putrefacción y muerte.
Todas las cosas en la Naturaleza pasan por tres edades:
1- Su nacimiento en base a su matriz creadora.
2- El doble contacto creativo entre Azufre y Mercurio produce la luz en ella.
3- Luego cae a las tinieblas (acá podemos ver alusión gnóstica) y a una materia confusa. Los seres comienzan a fermentar. La fermentación termina en putrefacción.
Tras la putrefacción viene la destilación en donde las partículas se coordinan y separan entre lo sutil y lo grosero. Lo sutil sube al cielo y lo grosero permanece en la Tierra.
Con respecto al reino vegetal, las plantas se forman sobre el planeta y son símbolo de belleza, por eso corresponde el reino vegetal a Venus y su símbolo representativo es el del espiral. La Luz solar más el Azufre interior generan el crecimiento de la planta.
Jacob Boheme señala:
Antes de la caída, los vegetales estaban unidos al elemento interior paradisíaco; con la caída, la santidad huyó de la raíz y permaneció adherida a los elementos terrestres; sólo las flores representan al verdadero Paraíso
Para Paracelso el árbol era el ser más perfecto vegetativo. Había en él influencias de las estrellas, elementos del Spiritus Mundi y del Misterius Magnum.
Júpiter, Venus y Luna cooperan de modo natural en el crecimiento del árbol; Marte tiende a exagerar sus formas (siendo la representación planetaria del Azufre). Saturno congela este torbellino de crecimiento del árbol y forma así los nudos de éste.
Las ramas son su lucha en busca del Sol, su fuerza oprimida la libera por medio de ellas y sus formas.
Como podemos ver, cada planta representa las potencias de los astros. La semilla es muy poderosa pues encierra un verdadero pedazo de Cielo, es una representación del mito de la Caída y contiene toda la magnitud de las propiedades celestes.
Paracelso llegó a establecer tablas en torno a condiciones físicas de las plantas:
Las plantas de Tierra son suaves, de fruto azucarado, color amarillo, forma abultada y volumen pequeño.
Las plantas de Aire poseen un aroma desagradable, sabor de frutos áspero, color azulado, forma delgada y de volumen muy alto.
Las planta de Agua no poseen aroma, su sabor es ácido, su color verdoso, su forma es de enredadera y su tallo es pequeño, pero de frutos grandes.
Las planta de Fuego poseen aroma penetrante, el sabor de sus frutos es picante, el color encarnado, su forma es retorcida y el volumen es mediano.
A cada elemento se le asocia un signo zodiacal, por lo cual una planta de Aire es una planta nacida bajo la influencia de Géminis por ej, pero quizás también posee la planta ciertos elementos de Agua (al analizar su forma se podrían ver quizás terminaciones de Agua también) por lo que se conjuga con este otro elemento formando combinaciones que no están muy lejos de las mismas combinaciones que nosotros hacemos al sacar una carta astral.
A la vez y como para Paracelso todo funciona acorde a la analogía, cada planta según su signo se asocia a partes del cuerpo humanas...por ej una planta geminiana se asocia a la espalda, brazo, manos y pecho. Entonces si alguien posee ciertas dolencias relacionadas a esa área, se le tratará con una planta geminiana.
También podemos establecer paradigmas físicos y estados anímicos para ver los planetas que rigen a cada ser vegetal:
Saturno: Es astringente, concentrador. Es grande y triste. Sus flores son negras o grises, su olor es desagradable y los frutos suelen ser venenosos.
Júpiter: Es resplandeciente y majestuoso. Grande y frondoso. Las flores son blancas o azules, no posee aroma y sus frutos son levemente ácidos.
Marte: Es colérico y posee espinas. Es pequeño, de flores rojas y pequeñas. El aroma es picante y sus frutos venenosos.
Sol: Belleza, nobleza y armonía. Su tamaño es mediano, de flores amarillas, muy aromático y de fruto agridulce.
Venus: Belleza y suavidad. Es pequeño y florido. Flores bellas y de aroma delicioso. Su fruto es azucarado.
Mercurio: Es indeterminada. Su tamaño es mediano y sinuoso. Las flores son pequeñas y coloridas, de olor penetrante y de múltiples sabores.
Luna: Extrañeza y melancolía. Es una planta caprichosa, de flores blancas, olor suave y de fruto insípido.
Generalmente sucede que...
Las plantas de Saturno son tenebrosas y se emplean para la magia negra. Las del Sol sirven contra venenos, tienen la virtud de la adivinación y se utilizan contra los malos espíritus.
Las flores de Venus son afrodisíacas y se utilizan en la magia sexual y las plantas influenciadas por la Luna se emplean en trabajos de brujería.
Me resulta asombrosa su reflexión precediendo a la homeopatía y antroposofía diciendo que lo ideal es ser vegetariano, alimentarse como si fuese una ceremonia, honrando a cada vegetal. Siendo consciente de cada cosa que entra a tu cuerpo.
Más aún, la planta nos ayuda viva o muerta. Viva nos sirve como modificadora de nuestro centro por medio del aroma que emana. Muertas se consumen mediante infusiones, cocidas en agua, en jugo o polvo. Lo que debemos considerar que el aporte esotérico que mantiene Paracelso y que aún se diferencia de las medicinas naturales actuales es que se él se preocupa del aura mágica que otorga la imaginación y las voluntad de las palabras convocatorias. Rituales y símbolos (como su sello planetario) otorgan mayor poder y eficacia para quien las consume debido a un mayor grado de consciencia y magnetismo. Cuando trabajamos con plantas no solo se dispone de las cualidades físicas de los jugos de las plantas, sino que se trabaja con la fuerza viva, la esencia, el alma de ella.
Paracelso no solo trabajó con las plantas y se sabe que estuvo muy involucrado con la Palingenesia, en donde buscaba, en el plano astral, encontrar la Fuerza Vital de cada ser...su esencia más pura. Como dije antes Leffas se llama a la energía astral de la planta en este plano, por lo que al sacar de ella su fuerza vital más pura llegaba al Ens Primun. Aquella fuerza poseía increíbles cualidades curativas.
Al descubrirlo, podías revivir el alma de la planta o incluso el mismo alma de un ser.
La Palingenesia se dividía en dos:
1-De las sombras: Producción (en base a lo escrito en el párrafo anterior) de cuerpo astral, ya sea vegetal o animal. Sería algo así como elaborar en el plano astral y visualizar una suerte de holograma.
2-De los cuerpos: Aceleramiento y crecimiento de las plantas y reconstrucción de los cuerpos destruidos. Acá sí existe una materialización corpórea e incluye la elaboración de Humúnculus; lo cuál es la evocación química del ser humano. Se logra extraer la fuerza vital de un hombre encerrada aún en alguna parte de su ser, un pelo, un brazo, etc...puede estar viva o muerta la persona, eso no lo altera ya que es una reproducción de ella, un ser pequeño encerrado en una botella grande de vidrio...
Si el ser ya ha muerto, la luz astral es la que hace posible que la imagen de ese ser vivo aparezca, ya que la forma después de su muerte aún se encuentra allí.
Paracelso fue un grande, un científico que supo mezclar en él la mística y la metodología de la observación y el ensayo. Desarrolló exhaustivas teorías y además propuso un tratado serio sobre la existencia de elementales. Aceptó otras formas de vida en planos paralelos a los de la tierra y veneró a la Madre Naturaleza con absoluta devoción y respeto. Que era un ermitaño, que era alcohólico y que murió solo (como muchos critican) es algo que no podemos comprobar, pero que sí le dan a él cierta fragilidad y nostalgia solo acorde a las vibraciones de sus plantas. Un ser de la naturaleza, que tiene un poco de tierra, aire, agua y fuego.
Este mini resumen es especialmente de la obra de Putz en donde en los capítulos finales hace un glosario sobre cada planta y su propiedad según Paracelso. Dejo pendiente su tratado sobre los elementales para un próximo artículo.