Que son las crisis de angustia? Educación Emocional.
Definiendo emociones: Angustia y Ansiedad
Angustia. Es una emoción diferente al miedo, ya que a éste lo suscita un objeto en particular, identificado o definido, mientras que cuando sentimos angustia tememos a algo desconocido e impreciso. Tiene marcados signos físicos: taquicardia, sudoración, temblores, sensación de falta de aire o ahogo, sensación de atragantarse (De ahí su nombre derivado del latín angustus, que significa angosto, estrecho, “que no deja pasar el aire”) , opresión, malestar torácicos, náuseas, molestias abdominales, inestabilidad y mareo (aturdimiento).
En casos patológico se da la Crisis de Angustia, más conocida como Panic Attack o Ataque de Pánico, en que la persona puede experimentar una sensación de despersonalización, miedo a perder el control o volverse loco, miedo a morir, parestesias (sensación de cosquilleo, calor o frío en la piel), escalofríos y sofocaciones. Estos síntomas generalmente alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos de la crisis de angustia, no extendiéndose mucho más tiempo. En un mundo impredecible y complejo, donde no sabemos qué pasará, esta emoción es cada vez más frecuente.
A diferencia de la ansiedad, la angustia tiene un correlato físico mucho más profundo y además se trata de un temor indefinido a algo futuro, mientras que la ansiedad está más relacionada con lo presente. Es una emoción normal cuya función es activar la capacidad de respuesta de la persona, pero al ser inespecífica se mantiene activa (sistema simpático) consumiendo sus energías sin poder dar una respuesta eficaz.
Ansiedad. Se trata de un temor indefinido a algo presente. Etimológicamente significa incomodidad. Es una aceleración vital, actividad inquieta y anticipatoria que busca la obtención inmediata de resultados. Se manifiesta como un estado de excitación e hiperactividad con aceleración cardíaca. Al estar pendiente de problemas, la persona necesita terminar rápido lo que está haciendo; es impaciente, se pre-ocupa, está intranquila, no puede focalizarse en el presente. La ansiedad no necesariamente es patológica. En una medida adecuada es normal como el miedo o la tristeza, ya que se trata de una preparación del cuerpo para algo esperado: “Estoy ansioso por irme de vacaciones”, por ejemplo. Cuando resulta excesiva esta emoción es la vedette en el elenco de los llamados trastorno de ansiedad: fobias, ataques de pánico, TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), TEP (trastorno por estrés post-traumático), TAG (trastorno de ansiedad generalizada), etc. En un mundo que anda apurado, esta emoción también es muy frecuente.
(Extracto del libro "Cómo ayudar a los niños de hoy, Educación Emocional, 3ra Edición de Lucas J.J. Malaisi)
Angustia. Es una emoción diferente al miedo, ya que a éste lo suscita un objeto en particular, identificado o definido, mientras que cuando sentimos angustia tememos a algo desconocido e impreciso. Tiene marcados signos físicos: taquicardia, sudoración, temblores, sensación de falta de aire o ahogo, sensación de atragantarse (De ahí su nombre derivado del latín angustus, que significa angosto, estrecho, “que no deja pasar el aire”) , opresión, malestar torácicos, náuseas, molestias abdominales, inestabilidad y mareo (aturdimiento).
En casos patológico se da la Crisis de Angustia, más conocida como Panic Attack o Ataque de Pánico, en que la persona puede experimentar una sensación de despersonalización, miedo a perder el control o volverse loco, miedo a morir, parestesias (sensación de cosquilleo, calor o frío en la piel), escalofríos y sofocaciones. Estos síntomas generalmente alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos de la crisis de angustia, no extendiéndose mucho más tiempo. En un mundo impredecible y complejo, donde no sabemos qué pasará, esta emoción es cada vez más frecuente.
A diferencia de la ansiedad, la angustia tiene un correlato físico mucho más profundo y además se trata de un temor indefinido a algo futuro, mientras que la ansiedad está más relacionada con lo presente. Es una emoción normal cuya función es activar la capacidad de respuesta de la persona, pero al ser inespecífica se mantiene activa (sistema simpático) consumiendo sus energías sin poder dar una respuesta eficaz.
Ansiedad. Se trata de un temor indefinido a algo presente. Etimológicamente significa incomodidad. Es una aceleración vital, actividad inquieta y anticipatoria que busca la obtención inmediata de resultados. Se manifiesta como un estado de excitación e hiperactividad con aceleración cardíaca. Al estar pendiente de problemas, la persona necesita terminar rápido lo que está haciendo; es impaciente, se pre-ocupa, está intranquila, no puede focalizarse en el presente. La ansiedad no necesariamente es patológica. En una medida adecuada es normal como el miedo o la tristeza, ya que se trata de una preparación del cuerpo para algo esperado: “Estoy ansioso por irme de vacaciones”, por ejemplo. Cuando resulta excesiva esta emoción es la vedette en el elenco de los llamados trastorno de ansiedad: fobias, ataques de pánico, TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), TEP (trastorno por estrés post-traumático), TAG (trastorno de ansiedad generalizada), etc. En un mundo que anda apurado, esta emoción también es muy frecuente.
(Extracto del libro "Cómo ayudar a los niños de hoy, Educación Emocional, 3ra Edición de Lucas J.J. Malaisi)
Foto: Josefina Suárez
Esencias Dharmicas.