La reprogramación de nuestro A.D.N



–Significa que vamos a poder por fin comprender la ley de complementariedad de los opuestos y liberarnos de las restricciones de la dualidad. Es el acceso al punto cero.
–¿Qué significa que el modelo de las trece hélices es “circular”?
–La decimotercera hélice es convergente y es la que abre la conciencia sobre el nuevo paradigma del punto cero. Como he dicho, el punto cero es una espiral convergente formada por dos lados (uno positivo y el otro negativo). Cada vez que lo alimentamos mediante una sensación positiva o negativa, el espacio convergente que hay dentro del vórtice se amplifica. Su centro se vuelve cada vez más accesible y nos conduce directamente al interior, hacia un estado de amor, y a la Esencia, lo que permite a la sombra coexistir con la luz.
“El punto cero permite la coexistencia de la sombra y de la luz, y es idéntico al espacio dinámico convergente dentro de la doble hélice. Cada torsión representa fuerzas opuestas, negativas y positivas.
“Este enrollamiento se hace en un sentido determinado, opuesto al sentido del otro lado, formando una espiral que se enrosca alrededor de un eje de energía. En la periferia, la energía se disipa, pero cuando converge hacia el centro, como en los vórtices y en los huracanes, se amplifica. La fuerza negativa y la fuerza positiva se desplazan constantemente a lo largo de este eje de rotación del punto cero. Es un enroscamiento energético que tiende hacia el infinito y lo eterno porque es sin nacimiento y sin fin. Es la manifestación del amor no polarizado en el bien y el mal, y es el resultado de la coexistencia de estas dos
corrientes.
–¿Cuál es el alcance o las repercusiones de que los genes se influyan los unos a los otros, funcionando en red?
–Después de que la física evolucionara con la teoría de las supercuerdas, redefiniendo la naturaleza de la materia según su nivel vibratorio, ahora la genética a su vez modifica su paradigma de base. En efecto, 50 años después de su descubrimiento, el ADN aparece ahora como una red de reacciones dinámicas secuenciales vivas e influidas por el entorno. “En diciembre de 2004 se publicó un artículo1 que hizo que nos replanteáramos nuestros prejuicios al respecto. Los científicos declararon: «el marco teórico que permitía hasta ahora evaluar lo vivo no se mantiene». En el modelo estándar, cada molécula del ADN corresponde a una molécula de ARN específica que fabrica una proteína específica. Ahora bien, los científicos han descubierto que el modelo válido se parece más bien al de la física cuántica. Una misma molécula de ARN es capaz de producir distintas proteínas; las partes del ADN ‘basura’ que no tienen genes o no están codificadas tendrían un papel en este proceso. Pero lo más interesante es que los genes pueden influir unos sobre otros y funcionan en red. En este nuevo modelo biológico, la respuesta genética resultado de una señal dada por el entorno celular no existe en un solo sentido.
–¿Qué es lo que rige este proceso?
–Después de 15 años de investigación sobre el genoma humano, la ciencia empieza a concebir nuestro código genético como una estructura no fija. De hecho la dinámica de lo vivo es interrelacional. La materia es móvil, y los descubrimientos en biología siguen confirmando este nuevo esquema.
“Lo que más me fascina de esta nueva visión es el concepto de red y la interacción de los componentes dentro de esta red. Cuanto más evoluciono, más percibo la realidad como una red de entramados
que pueden interactuar, o no, según una tasa vibratoria precisa.
“50 años después de su descubrimiento, el ADN aparece ahora como una red de reacciones dinámicas secuenciales vivas e influidas por el entorno. Los genes pueden influir unos sobre otros y funcionan en red.”
“Al igual que la física cuántica ha demostrado con la teoría de las supercuerdas que la materia no se define
a partir de componentes químicos sino más bien según la frecuencia y la intensidad de la tasa vibratoria de sus elementos, percibo la existencia como la tasa vibratoria de una red de probabilidades que se cruzan e interactúan entre ellas. Las frecuencias de unos y de otros se atraen y se repelen; vibramos simultáneamente en una red que se modifica sin cesar según las frecuencias emitidas.
“A lo largo de mis casi treinta años de práctica espiritual, he sentido el cambio de frecuencia operarse en el planeta. Estoy convencida de que ha llegado la hora de transformar los antiguos paradigmas sobre los cuales se asientan nuestros programas genéticos humanos. Sé que vivimos en una época donde debemos reapropiarnos la herencia colectiva que mora en el corazón de cada célula de nuestro cuerpo. Todo indica que las circunstancias planetarias actuales son propicias. Nuestro cambio de frecuencia es un cambio de amplitud vibratoria.
–Experimentos científicos rusos han demostrado que el ADN es sensible al lenguaje. ¿Qué recomendaciones pueden extraerse de aquí?
–Lingüistas rusos descubrieron que el código genético, más bien el ADN no codificado, usa las mismas señales que el lenguaje. La sustancia genética de un tejido vivo (no del tejido cultivado in vitro) reacciona a un lenguaje cuya frecuencia es similar a la que se utiliza en la hipnosis.
“Es la razón por la cual cuando instalamos órdenes de reprogramación usamos un tono de voz parecido al que se usa en hipnosis. Si la estructura de la molécula de agua es sensible a las intenciones, como demostró Masaru Emoto, entonces ¿por qué no va a ser igual con el ADN?
–Si el ADN es menos estable, o sólido, de lo que se creía, ¿podemos realmente reprogramarlo con solidez?
-Sí. A causa de esto, acabo cada protocolo de reprogramación del ADN con la intención siguiente: «Ordeno que esta reprogramación sea completa y sellada hasta nuevo aviso de…» (la persona tratada). Esto sella la reprogramación.
–¿De qué manera nos influye la denominada predeterminación genética?
–La predeterminación genética actúa como un campo morfogenético dentro del código genético. Rupert Sheldrake, especialista en bioquímica y química celular, ha dado toda su amplitud a este concepto de campo morfogenético, o campo generador de forma (morphos en griego). Estos campos son, como en física, zonas de influencia no materiales que se extienden en el espacio y se prolongan en el tiempo. Sheldrake dice: «el comportamiento hereditario está influenciado por los genes pero no es ‘ni genético’ ni está ‘genéticamente programado’. Es más conveniente hablar de ‘patrimonio genético’ en lugar de ‘programa genético’. Todas nuestras células contienen más o menos el mismo ADN, y a pesar de ello se desarrollan de forma distinta; entonces podemos deducir que existe una fuente de información que orienta su acción.»
“El impacto de lo que expresamos colectivamente repercute hasta el Sol. Hay estudios que demuestran cómo las guerras y la violencia tienen un efecto directo sobre el Sol; aumentan la amplitud de las tormentas solares. En sentido contrario, las caden.
–Y a escala individual ¿estamos influyendo, cada uno de nosotros, sobre un campo que a su vez va a influir a los demás?
–Lo que entendemos y aprendemos se transmite a nuestros familiares y amigos mediante la influencia que ejercemos en el campo morfogenético. Del mismo modo actúan los miasmas. Un miasma es un vacío, una grieta energética que nos vuelve más frágiles frente a ciertas patologías o ciertos desequilibrios psicológicos. Aunque vibratorios, los miasmas se manifiestan físicamente a ámbito celular y molecular, si se juntan ciertas condiciones. Estas manifestaciones energéticas pueden afectarnos debilitándonos ligeramente o con mutaciones severas y transformaciones graves.
“Hay estudios que demuestran cómo las guerras y la violencia tienen un efecto directo sobre el Sol; aumentan la amplitud de las tormentas solares. En sentido contrario, las cadenas de meditadores contrarrestan su intensidad.”
“Ha de haber una compatibilidad energética temporal entre la persona y el medio ambiente del miasma para que se establezca el enlace entre los dos, y esto puede ocurrir en caso de shock (positivo o negativo) por ejemplo. El shock abre un portal y deja entrar al miasma. Este último se instala dentro de nosotros como una realidad más pequeña desajustada. En respuesta el cuerpo crea una zona (tapón energético) alrededor del miasma para protegerse de la intrusión. Un miasma puede permanecer blindado durante largo tiempo, hasta que ocurra un acontecimiento detonador. No molesta a la persona sino por la no disponibilidad de la energía vital que ha sido requerida para mantener el muro de protección contra él. El miasma se convierte en parte de la constitución molecular de la persona y se transmite a las siguientes generaciones mediante el ADN no codificado (superfluo). Se sospecha que la causa primera de las alergias no se sitúa en el entorno ni en el sistema inmunitario, sino más bien en la activación de un miasma antes dormido.
“La información es vibratoria y nos busca cuando lo pedimos. Cuando encuentro el camino que me lleva a la ampliación máxima y al anclaje máximo de mi Todo individualizado, cuando mi vida se alinea sobre mi Esencia y accedo al espacio sagrado de las posibilidades esenciales, en el centro del vórtice al punto cero, transmito esta información al campo morfogenético; información que se vuelve disponible para todos quienes, al igual que yo, buscan el camino hacia su centro. No hay nada que hacer, nadie por convencer; es una cuestión de influencia vibratoria.
A.D.N. Y ESENCIA
–En su último libro, Esencia, Vd. relativiza la importancia de reprogramar el ADN por medio de los anteriores protocolos establecidos por Vd. ¿Existen maneras más sencillas?
–A partir de ahora no hacemos protocolos para solucionar un problema sino para poder vivir este problema de forma convergente al punto cero, honrándonos de forma incondicional sin importar nuestras debilidades o nuestras fuerzas, anclando nuestra Esencia y el Amor a uno mismo.
“Lo que entendemos y aprendemos se transmite a nuestros familiares y amigos mediante la influencia que ejercemos en el campo morfogenético.”
“Nuestras intervenciones ya no sirven para rectificar nuestras vidas, sino para estar en el camino de la Esencia de acuerdo con el perfecto equilibrio de todas las posibilidades cumplidas y no cumplidas. Esta forma de procesar mengua la amplitud de nuestras intervenciones, que se toleran mejor y se ajustan constantemente a los cambios inherentes de la existencia, conservando la misma dirección, la cual ¡no cambia!
“El punto cero es un estado de ser dinámico resultado de la coexistencia consciente de dos opuestos. La espiral convergente del punto cero es una constante que permite a la sombra coexistir con la luz sin que una anule a la otra.”
“Podemos usar el poder de la intención esencial al punto cero. Podemos elegir vivir nuestra vida alineados y anclados en la frecuencia de nuestra Esencia, siendo convergentes al punto cero. La convergencia es la dirección del punto cero; es como un tornado cuyo centro da acceso al espacio sagrado de las posibilidades de la Esencia. Es el espacio de la Esencia del amor y del amor de la Esencia.
–Vd. ha definido la Esencia en términos de ‘frecuencia’. ¿Podría explicarlo?
–El verdadero ‘yo’ está no localizado (es no-local). Lo que quiero decir es que no está limitado. No existe dentro de un marco de tiempo o espacio; no tiene una posición definida. Es su tasa vibratoria la que es constante.
“Con la teoría de las cuerdas sabemos que todo es vibratorio, sea a escala subatómica o macroscópica. Esto significa que la configuración o el contenido del Universo están definidos por frecuencias vibratorias. Cada frecuencia, que se compone de una masa y energía distintas, da a la materia su individualidad. La materia está formada por cuerdecitas y es la frecuencia vibratoria de esas cuerdecitas la que indica la naturaleza de los elementos cuánticos. Cada quark [los quarks son unos de los constituyentes fundamentales de la materia] posee su propia frecuencia individual. La tasa vibratoria y la frecuencia particular de cada tipo de quark determinan la naturaleza de la materia. Incluso nosotros tenemos una tasa vibratoria propia y única.
–Parece ser que las frecuencias también son importantes en el caso del ADN. ¿Cómo se interrelacionan las frecuencias del ADN con las de la Esencia?
–Nuestro ADN vibra a la frecuencia de nuestra familia genética, nuestra raza, nuestro sexo, etc. Pero la energía que mora en él es la de nuestra Esencia; es nuestra tasa vibratoria individualizada.
–¿Qué ocurre si no elegimos vivir en armonía con nuestra esencia?
–Las personas que han sobrevivido a una muerte clínica vieron que la Esencia o la fuerza vital (el ka, el qi, etc.), una vez liberada del cuerpo, puede ir en cualquier sentido. Gracias al libre albedrío, podemos decidir que nuestras elecciones se alineen sobre la frecuencia de nuestra Esencia. Pero ¿y si decidimos lo contrario, que nuestras elecciones no estén alineadas con la frecuencia de nuestra Esencia? Entonces las consecuencias de causa y efecto serían unas cargas tan pesadas y con tantas repercusiones que convendría considerar la amplitud de la decisión y la fuerza de arrastre que podría tener en la propia vida antes de decidir hacerlo. Sería realmente complicarse la vida.
“Si uno se limita a vivir alineado con su Esencia, el placer y la abundancia son infinitos. Es una cuestión de armonía con el Universo, de relaciones esenciales y de constelaciones de universos. Esto significa que nos sentimos naturalmente más atraídos por ciertos individuos que por otros, según la resonancia de las frecuencias de nuestra Esencia y nuestro ADN. Son redes inconscientes a las cuales respondemos.
“El hecho de dejar de ‘buscar a’ y ‘convertirnos en’ nos vuelve disponibles para las circunstancias más alineadas con nuestra tasa vibratoria y nos autoriza a crear sin forzar nada, siguiendo la corriente.
–Vd. ha hablado del punto cero como de un estado de ser en que coexisten los dos opuestos, el positivo y el negativo. Al haber tanto equilibrio ¿se genera la energía que nos es necesaria para desenvolvernos vitalmente?
–El centro de la espiral del punto cero no es un espacio estático desde el cual se mira la vida sin pasión o sin compromiso. Es un lugar de vida con posibilidades múltiples que, una vez limpio de los juicios positivos o negativos del observador, tiene un solo sentido, que es la justa expresión de nuestra naturaleza esencial. Con la convergencia al punto cero, donde dejamos coexistir todas las definiciones (buenas o malas) que tenemos de nosotros mismos y de los demás, somos partícipes de la creación de una realidad donde cada uno encuentra su lugar y su expresión exactos según su individualidad esencial.
“El punto cero puede crear un vórtice de alta energía, que se puede usar como fuerza creadora para ampliar nuestra Esencia y aportar movimiento en situaciones estancadas. No importa lo que nos ocurre; si elegimos vivirlo sin juicio en el punto cero, permitimos a todo lo que sentimos, sea en el plano físico, emocional, mental o espiritual, contribuir a la dinámica convergente del vórtice del punto cero. En el centro de este torbellino hay un espacio vasto y sagrado de posibilidades donde podemos hacer emerger nuestra individualidad esencial.
“A fuerza de practicar la convergencia, nos encontramos plenos y ricos en el interior, restaurados por la fuerza de nuestra Esencia y la paz de nuestro corazón. Dejando ir la convergencia, desarrollamos la disponibilidad a recibir sus beneficios. Al acceder al espacio sagrado de las posibilidades en el centro de la espiral del punto cero, permitimos que los objetivos de la Esencia se manifiesten, al dejar que la Esencia y la convergencia actúen en nuestras vidas. Permitir que los objetivos de la Esencia se manifiesten es distinto de elegir que nuestros objetivos se alineen sobre la Esencia.
–El correcto balanceo de las polaridades alrededor del punto cero ¿qué actitud y qué trabajo requiere por nuestra parte?
–El punto cero es una espiral convergente dentro de la cual todo es aceptable. Es una dirección concéntrica para todo lo que vivimos física, mental, emocional y espiritualmente. El vórtice del punto cero es tan potente que crea la activación y el anclaje de la Esencia y del amor a uno mismo sin ninguna reserva. La convergencia al centro de uno mismo con todos nuestros cuerpos (físico, emocional, mental y espiritual) permite a los pensamientos, a las heridas, a los anhelos y a los éxitos fundirse en un vórtice, en cuyo centro se ancla el espacio sagrado de las posibilidades esenciales. En este espacio nace la satisfacción y surge la irradiación del amor en el punto cero. Ahora, siendo convergentes al punto cero, todo nos sirve para anclar y ampliar nuestra Esencia, sea la ira, la tristeza o la culpa. Se trata de incluir todos nuestros aspectos, sin juicio.
“La intimidad en las relaciones afectivas es un medio muy favorable para practicar la intención consciente. Imaginad esta escena: mi esposo tiene un programa por defecto que hace que se sienta impotente cada vez que yo estoy en mi poder creativo. Su sentimiento de impotencia dispara en mí una reacción, otro pro- grama por defecto: la culpa frente a mi poder creativo, que hace que me sienta incómoda en su compañía en esos momentos, lo que me vuelve agresiva. En lugar de criticarle, lo que no soluciona nada, trabajo con la intención consciente y digo: «Elijo usar la energía de esta emoción (por ejemplo la culpa) para alimentar el espacio sagrado en el centro del vórtice del punto cero, aun cuando no sepa cómo o aunque quisiera tener razón.»
“Cuando estoy en mi poder creativo, todos a mi alrededor pueden beneficiarse. Del mismo modo, si surge una dificultad (o una ruptura) de comunicación, puedo formular una intención tal como esta: «Elijo comunicarme de manera esencial y amorosa cuando estoy en la intimidad aunque no sé cómo (o aunque tengo dificultad para expresarme porque mi padre era muy autoritario, etc.).»
“A fuerza de usar la intención de volver hacia la Esencia y el amor a uno mismo de un modo cotidiano, he entendido dos reglas que aplico constantemente y que vienen a reforzar mis intenciones aún más.
“La primera es que, una vez formulada la intención, hay que dejar ir la forma en la cual la Esencia y el amor  a uno mismo se van a manifestar. Si no lo hacemos vamos a gastar mucha energía en intentar crear la forma en lugar de aceptar el estado. Trabajar con el estado de ser esencial en lugar de la forma nos lleva a un nuevo paradigma, más allá de los límites de nuestras experiencias pasadas. Obviamente podemos expresar nuestras necesidades. Es solo lo que se refiere a la forma lo que debemos soltar. Por ejemplo, podría decidir que cuando vivo una experiencia íntima con alguien elijo sencillamente que sea en resonancia con mi frecuencia esencial aun cuando no me lo creo. Tengo entonces que confiar en el poder de mi intención esencial. Este poder magnético atraerá a alguien que me convenga perfectamente pero que no tendrá necesariamente la apariencia que yo habría imaginado.
“A partir de ahora no hacemos protocolos para solucionar un problema sino para poder vivir este problema de forma convergente al punto cero, honrándonos de forma incondicional sin importar nuestras debilidades o nuestras fuerzas, anclando nuestra Esencia y el Amor a uno mismo.”
“Hay toda una diferencia entre decir «elijo enamorarme de una persona rica, bella… aunque no la he encontrado de momento» (acento sobre la forma) a decir «elijo vivir de manera esencial en el estado de amor aun cuando tengo obsesiones en lo que se refiere a la intimidad» (acento en el estado de ser).
“En el primer caso, el fracaso es más que probable y conducirá a un estado de depresión, a la sensación de ser una víctima o un desdichado. La segunda formulación orienta más bien hacia la Esencia y el estado de amor. Cada uno sabe que cuando se está mal con el amor no le interesa a nadie; y, en cambio, varias ‘oportunidades’ se presentan al mismo tiempo cuando acabamos de enamorarnos de alguien. Es solo porque estamos en ‘el estado’ y hemos dejado de buscar ‘la forma’.
“La segunda regla que he aprendido es que, incluso cuando tomamos en cuenta nuestra dualidad y nos enfocamos en el estado, el uso de la intención se puede hacer sólo respetando los territorios esenciales y las resonancias esenciales. Es la razón por la cual la intención nunca se expresa en relación con una persona específica. Por ejemplo, en lugar de decir «elijo que tal persona no pueda afectarme aun cuando le tengo miedo», es mejor enfocarse en el estado de seguridad: «Elijo sentirme en seguridad vibratoria y amado/a aun cuando tengo miedo.»
–¿Puede explicar en qué consiste alimentar con la energía del polo negativo el polo positivo y cómo podemos hacerlo?
–Cuando empecé a trabajar con el concepto del punto cero, lo concebí primero en los planos emocionales y mentales. Ahora que entendí el significado de la convergencia al punto cero, no lo veo como que debe equilibrarse un polo negativo con un polo positivo, sino como una fuerza convergente donde todo lo que ocurre en nuestra vida se vuelve hacia el centro y se funde para contribuir a alimentar el vórtice.
“Cuando todos nuestros aspectos son convergentes, tenemos la oportunidad de sentir la paz y la expansión. Es así que se desarrolla la certidumbre de no ser más un incomprendido, de sentirse abandonado o solo, porque estamos apoyados y acompañados continuamente por nuestra Esencia. La convergencia nutre la Esencia, la cual se vuelve exponencial y acaba por nutrirse a sí misma.
“Gracias al punto cero, unificamos todos nuestros aspectos para que despierten nuestra Esencia, nuestro Amor a nosotros mismos, de modo que esto nos permita sostenernos y regenerarnos. Hay que entender que colocarse en el punto cero no significa ‘dejar caer’. En el punto cero no dejamos caer nada. Al contrario, mantenemos dos polaridades opuestas en el mismo espacio.
–Parece ser que, desde el punto de vista de Vd., esta tarea no está en sintonía con los conceptos tan en boga del ‘crecimiento personal’ y la ‘autosuperación’. ¿Podría explicar por qué?
–Antes se necesitaban muchas horas de meditación o un largo caminar espiritual para encontrar la vía convergente hacia el corazón. Desde que descubrí el poder dinámico convergente del punto cero, conseguí recuperar mis energías hacia el centro de la espiral y puedo irradiar hacia el exterior sin fugas ni pérdidas de energía, sin hacer nada, sin forzar.
“La meta del trabajo sobre uno mismo es liberarse de la búsqueda de mejorarse a sí mismo para que por fin todos nuestros esfuerzos nos lleven solo a SER; a sentirnos cómodos con nosotros mismos en la fuerza del corazón y de la Esencia.
“Vivir siendo todo lo que somos, sea positivo o negativo, trayendo al centro todo lo que se había dispersado en las afueras de nuestro territorio energético, nos permite acceder a una realidad antes imperceptible.
“Como la flor que se gira hacia el Sol sin cuestionarse y con la satisfacción sencilla de irradiar su naturaleza esencial, permitimos a nuestra naturaleza desplegarse sin restricciones en su belleza total y su individualidad. Estamos alimentados por nuestra vida convergente; no tenemos que cambiar para alcanzar un modelo perfecto y fijo.
“En cada cosa hay un punto cero; es la ley primaria de la convergencia. Y es el punto cero el que nos lleva hacia la amplificación constante y el anclaje de nuestro Todo individualizado.
“Desde que practico la convergencia de todo lo que soy, permanezco abierta a los demás y a la vida pero bien anclada al punto cero y desde la amplificación de mi Esencia y del Amor a mí misma. Así, voy propagando una ola de confianza y calma a mi alrededor. No hay un minuto sin que esté conmigo misma.
“Os invito a seguirme en este proceso de vuelta al centro convergente para experimentar una plenitud constante y continua. Me dirijo a los que, igual que yo, han alcanzado el extremo divergente del devenir en la periferia y para quien la búsqueda de perfección ha acabado. Es el fin de la separación con su naturaleza verdadera, el Yo soy. Usamos nuestra historia positiva y negativa para conseguirlo. Celebro el fin de la espera y el principio de un nuevo paradigma de unidad. Dejemos de querer ‘evolucionar’ y empecemos a ‘ser’ en nuestra Esencia. ‘Ser’ no es ‘estar en el ahora’ o ‘ser consciente’, pues querer estar en el ahora o ser consciente implica que hay algo que hacer para estar bien. Cuando Yo Soy, soy convergente; estoy nutrida y protegida por el corazón sin otra dirección posible. Soy parte del Todo en todas partes y dentro de todo, pero conservo mi identidad vibratoria.
“Lo acepto todo: la ansiedad vinculada a la anticipación, la confusión, la distracción, el deseo y la diferencia respecto al otro (porque ocupo el mismo campo que este otro). No permanezco estática en este campo que se mueve, pero sí que permanezco en el interior de mí misma, convergente al punto cero. Rechazo dispersarme a los cuatro vientos hacia la periferia de mi ser; en vez de esto, utilizo todo lo que me pasa y todo lo que siento para alimentar esta espiral convergente del punto cero en mí y alrededor mío.
PUERTA ABIERTA AL FUTURO
–Se ve que hay personas que tienen más hélices de ADN que la mayoría.  ¿Puede explicar qué tienen de distinto en relación a la mayoría de nosotros, tanto desde el punto de vista genético como de sus capacidades?
–No conozco personalmente a ninguna de estas personas. Pero es como la inteligencia; lo que cuenta es ¡lo que hacemos con ella! Es igual para los protocolos de reprogramación del ADN: podríamos usarlos para contribuir a más salud, más abundancia, más inteligencia, más, más… pero ¿para qué? Al final la búsqueda de la felicidad y del placer raramente lleva al amor y la serenidad.
“En mi caso, puedo ver cómo la práctica extendida de la reprogramación de mi código genético con la intención al punto cero me da mayor facilidad para acceder a mi verdadera naturaleza esencial y al amor hacia mí misma. Es la meta: «Conócete a ti mismo» (Sócrates) y «Ama a tu prójimo como a ti mismo»
(Jesús).
“El centro de la espiral del punto cero no es un espacio estático desde el cual se mira la vida sin pasión o sin compromiso. Es un lugar de vida con posibilidades múltiples.”
–¿Hay indicios, a partir del ADN, de que la especie humana pueda haber iniciado una mutación? ¿Hacia dónde?
–¡Espero que sea hacia la Unidad de la Esencia y del corazón al punto cero!
“Algunos de mis estudiantes han visto operarse cambios físicos importantes gracias a la reprogramación del ADN, pero lo más que yo he podido observar desde el principio es el cambio radical de paradigma, tanto en los lectores de mis libros como en quienes participan en los seminarios: su relación con la dualidad y la emergencia del punto cero, el reencuentro con su Esencia y una nueva era de amor a uno mismo.
“Han experimentado transformaciones profundas físicas, mentales, emocionales y espirituales. Para mí es el verdadero significado de ‘holístico’. Soy muy feliz por poder intervenir en mis programas por defecto para elegir nuevos procesos, apoyada desde mi código genético. “Si vemos que no somos capaces de vivir en la Esencia en el estado de amor al punto cero, podemos reprogramar nuestro ADN para hacerlo con facilidad.”
“Pero, contestando a su pregunta, sí, hay indicios de mutación. En la red se describe el caso de un niño estadounidense que nació con SIDA; cuando, a los seis años de edad, le volvieron a hacer los tests, el SIDA había desaparecido:
«Lo llevaron a la universidad de Los Angeles (UCLA) para proceder a análisis más completos y los exámenes mostraron que su ADN no era igual al de los humanos normales. En el ADN tenemos cuatro ácidos nucleicos que se combinan en grupos de tres y forman 64 patrones distintos, llamados codones. El ADN de cualquier humano de este planeta tiene 20 codones efectivos (activados); los demás no están activos, excepto tres de ellos, que constituyen códigos de arranque y de finalización, al igual que en el caso de un ordenador.  […] Este niño tenía 24 codones activos, cuatro de más que cualquier otro humano. Analizaron su sistema inmune y ¡descubrieron que era inmune a todo! Después encontraron otro niño con las mismas características, y otro más, y otro… Fueron 10.000, 100.000 y hasta un millón. En este punto, la UCLA estimó que el 1% de la población mundial posee este nuevo ADN. Lo que corresponde a casi 60 millones de personas que no son humanas según los criterios anteriores.»
–¿Un mensaje final para los lectores?
–Mi mensaje final es acerca de la nueva etapa de evolución esencial que se abre para la humanidad. Nuestro ADN reprogramado, despierto y en el punto cero nos permite ser conscientes de esto desde ya en nosotros y a nuestro alrededor.
“La cosmología describe a menudo las leyes con las cuales se rige el mundo físico según el código siguiente: 0-1-2. Al principio está el caos, el gran caos cósmico, el gran Todo: el Cero. Después, en el Cero, aparece un movimiento, el Uno (la Esencia), la parte individualizada del Cero. La voluntad del Cero abre un camino hacia la Esencia y es el Tao, el camino de expresión del Uno, que conduce de lo no manifestado hacia lo manifiesto. La Esencia llega como un punto, un huevo en lo manifestado, y se despliega según las leyes generales del mundo físico, gobernadas por el Dos, el ying y el yang, sombra y luz, masculino y femenino.
“La filosofía oriental considera esta dualidad como una complementariedad más que como una oposición, base de la manifestación en la materia. La vida de esta Esencia se irá expresando según las necesidades a lo largo del tiempo y a través de esta complementariedad.
“Actualmente, los cambios nos llevan hacia un cambio de estructura: 2-0-1-2. Acabamos un Dos para ir de vuelta al Cero, y volver a empezar con el Uno en una nueva manifestación del Dos.
“A partir de este mundo de densidad y restricciones, hemos captado el Dos gracias al punto Cero, y retornamos a la Esencia (el Uno) para empezar una nueva forma de complementariedad. El punto cero abre
nuevas posibilidades, en este movimiento convergente sin inicio y sin fin. Las polaridades dejan de existir individualmente y se funden en una espiral dinámica potente, abriendo la puerta al espacio sagrado de las posibilidades esenciales.
“El camino de la convergencia hacia el centro existe ya dentro de nosotros y solo pide ser activado.
“Actualmente, desde este espacio sagrado, se abre una nueva posibilidad del corazón y es un nuevo movimiento, un nuevo Uno: la Esencia puede encarnarse según la ley del libre albedrío, y podemos elegir esta posibilidad del Dos.
“En lugar de vivir en una realidad (una matriz) basada en la diferencia y la separación, podemos, pasando por el punto cero y la Esencia, acceder a la nueva matriz de la Unidad: la del corazón. Es como tener una V; en la base hay un cero que se abre sobre otra V inversa. Podríamos ver un 8. En la V de arriba se separan las ramas en Dos; desde ahí pasamos al centro del Cero (el punto cero), nos reconectamos al Uno (la nueva etapa de unidad de la Esencia y del amor a uno mismo) y nos abrimos abajo al Dos nuevamente (el de la UNIDAD). Es el código 2.0.1.2. Para esto, no tenemos que esperar que el año 2012 nos traiga un milagro o el fin del mundo. Es el final del mundo de la separación que se nos ofrece, si lo elegimos. Si vemos que no somos capaces de vivir en la Esencia en el estado de amor al punto cero, podemos reprogramar nuestro ADN para hacerlo con facilidad.
Entrevista por Francesc Prims. ATHANOR, 85 (ENERO – FEBRERO 2011)

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